
Una de las primeras “herramientas” que ha facilitado esta inclusión es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) en la cual se establece la protección a la familia, a la madre, a las niñas y a las adolescentes, a la maternidad, a las ancianas, la equidad en el ejercicio del derecho al trabajo, así como el reconocimiento del trabajo de la ama de casa como actividad económica, por lo tanto con derecho a la seguridad social. El lenguaje de género en la CRBV constituye un logro fundamental en la búsqueda de la visibilización de la mujer venezolana y una de sus características más originales.
De igual modo, existe una Ley sobre violencia contra la mujer y la Familia, la Ley de Igualdad de oportunidades para la Mujer, la ley de Participación Política donde está contemplada la paridad en la representación política y la Ley de Seguridad Social, entre otras. Por otra parte, en Venezuela, a finales del siglo XX, se comenzó a gestar una nueva brecha como una expresión más de la social; la brecha digital. Así, de acuerdo al Consejo nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) para el año 2000 en el país tan sólo existían 820.000 personas conectadas (un 3,38%). Esta realidad supuso un nuevo reto para el gobierno venezolano. Por ello, a comienzos del siglo XXI, estableció el Decreto 825, uso de Internet como política prioritaria para el desarrollo del país, con el fin de universalizar el acceso a Internet como una política pública para el desarrollo del país.
Este decreto le permitió al Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) dirigido en estos momentos por una mujer: Yadira Cordoba, crear desde el año 2000 el programa Nacional de Infocentros, gracias a la cual se ha desarrollado una red nacional de más de 500 centros en todo el país.
Luego han surgido otros planes como los Centros Bolivarianos de Informática (CBIT) los Puntos de acceso de CONATEL y los Nudetel de la CVG, entre los más numerosos. En total, existen 2.263 centros de acceso público y gratuito en todo el país (Gonzalo: 2006).
Esta red de centros ha “democratizado” el acceso. Así, según las cifras de la CONATEL, en el primer trimestre de 2006 un 18% de los venezolanos/as se conectan vía suscripción a operadoras de servicios privados. Por otra parte, un millón de personas lo hacen vía Infocentros, lo que equivale a un 4% aproximadamente, de acuerdo a datos suministrados por Yvis Sequeda del MCT.
Un análisis de uso de los Infocentros para el 2005, señala el hecho de que un 49 % de los usuarios son mujeres, mientras que un 51% son hombres.
Esta cifra sigue la tendencia presentada por la empresa Datanalisispara todo el país, la cual muestra como que para el año 2005 las internautas venezolanas representaban el 45 % de los usuarios totales con un 62 % de mujeres entre 12 y 18 años, mientras que los hombre el 55% (Datanalisis:2005) tal como lo evidencia el siguiente cuadro:
Ante esta realidad, el estado venezolano ha desarrollado un conjunto de políticas, planes y proyectos, además de los planes masivos de acceso, tendientes a mejorar y ampliar la conectividad y el uso en el país en aras de disminuir esta nueva brecha, que como se ha podido ver en los cuadros y cifras anteriores también se expresa como brecha de género. Entre las más significativas podemos mencionar:

1) el Plan Nacional de Alfabetización Digital iniciado este año 2006, los cursos son gratuitos y el Software utilizado es libre
2) el proyecto de Implantación de Software Libre en la administración pública apoyado en el Plan Nacional de Migración a Software Libre, la Academia del Software Libre y el portal Red Nacional de Integración y Desarrollo de Software Libre (Rinde)
3) la Misión Cienciasque busca municipalizar la infraestructura de ciencia y tecnología, estimulando la soberanía tecnológica, el dominio de la tecnología de diseño y desarrollo, propiciando la cultura informática.
En cuanto al ámbito virtual, un breve recorrido por las Web oficiales del estado venezolano, no da el siguiente resultado: existen algunas páginas dedicadas al tema de la mujer, que son expresión de organizaciones existente en el mundo real, tales como la Defensoría de Pueblo, donde existe un capitulo destinado a Mujer y Familia; el Instituto Nacional de la Mujer que busca divulgar los Derechos de la Mujer y hacerla visible. Uno de los servicios que ofrece es la Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer con el fin de ayudarlas “ para que rompan el silencio y denuncien a su agresor” y el Banco de la Mujer, creado hace 5 años destinado a apoyar financieramente a las mujeres de escasos recursos.
Sin embargo, más allá de la conectividad y de la presencia en el ciberespacio, el reto no es sólo poner computadoras e Internet al alcance de mayor número de venezolanas. El reto es darle un uso con sentido, apropiándose de ellas, incorporándolas a su quehacer, convirtiéndolas en una herramienta útil para mejorar su calidad de vida y la de su comunidad, mediante nuevas políticas públicas innovadoras que estimulen la generación de contenidos propios, incorporando los saberes populares, priorizando los sectores minoritarios, creando redes de difusión e información y desarrollo de programas de alfabetización no sólo en el uso del Software y Hardware, sino también de los contenidos. En este sentido, la llamada fase II de los Infocentros, tiene como objetivo una mayor apropiación de estas tecnologías por parte de los usuarios/as.
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